Estábamos ya al final de la recuperación de la crisis financiera de 2008 cuando ha aparecido en nuestras vidas un nuevo acontecimiento que nos ha vuelto a todos la vida del revés.
Está pandemia global nos deja una sensación de fragilidad y de impotencia que nos está costando aceptar. Para mí lo más importante es que esta nueva “crisis” inesperada y no prevista tiene que ver con las personas. Ya no se trata de bancos sin escrúpulos en Wall Street y de productos financieros tóxicos, ahora se trata de nosotros, de las personas.
Esto que puede parecer una dificultad mayor, si se mira con atención resulta que es una gran oportunidad:
- Las personas somos las que lo propagamos pero a la vez las que somos capaces de frenarlo con nuestra responsabilidad y solidaridad.
- Las personas, los sanitarios, son lo que nos han demostrado que al final se colocan en primera línea y son capaces de salvarnos a todos, con su dedicación, su profesionalidad y su esfuerzo desmedido.
- Las personas, esos líderes que han surgido ante la adversidad, cuya finalidad es servir a los demás y liderar con su propio ejemplo son los que están tomando las riendas de las empresas y negocios para asegurar el empleo y la actividad económica.
- Las personas, que forman los equipos, son las que se han adaptado rápidamente a la nueva situación y a teletrabajar sin tener preparadas las viviendas, confinadas con los hijos en casa y a pesar de todo cumpliendo los objetivos marcados.
- Las personas, que son los clientes de nuestras empresas y marcas, que siguen confiando en nosotros y que nos están dando pistas de cuáles son sus nuevas necesidades y como es su nueva vida.

Es momento de centrarse en los clientes, en lo que realmente aporta, eliminar todo lo superfluo (burocracia), todo aquello que no hace la vida más fácil de los clientes y anticiparte a lo que ya están necesitando y van a necesitar.
Por supuesto hay que gestionar la emergencia, pero hay que levantar la cabeza e ir más allá, el protagonista debe ser la estrategia y la innovación, pero focalizada en aquello que el cliente va a valorar y por tanto va a querer comprar.
Es tiempo de apoyar a los equipos que están comprometidos, a darles la confianza y la autonomía que necesitan para empoderarse y mejorar la empresa.
El objetivo no es volver como estábamos sino renacer incorporando nuevas mejoras para crecer en este nuevo entorno.
En definitiva es la hora de la TRANSFORMACIÓN.